sábado, 9 de mayo de 2020

La vuelta que no fue

A 10 años de la derrota agónica de Independiente ante Argentinos Juniors, última vez en que el diablo estuvo cerca de meter la cola y llevarse un campeonato, repasamos todas las campañas del siglo XXI. Salvo el subcampeonato en 2000 y el título del 2002, a lo largo de estas dos décadas el Rojo nunca llegó a la jornada final de un torneo con posibilidades de consagración (ni siquiera se ubicó entre las primeras tres posiciones). Demasiado poco para su rica historia. De allí la necesidad de volver a enfocarse en el ámbito local.
Mañana soleada, algo fresca aunque agradable. Atrás había quedado la espera por un par de entradas. Una vez en nuestro poder, la calma de tenerlas comenzó a combinarse con la ansiedad por disfrutarlas. Había llegado el día. Junto a mi papá, espectador vitalicio de mil hazañas, ésta era una más; en cambio para mi amigo y yo, veinteañeros ambos, era algo nuevo esto de saborear la gloria en vivo y en directo. Con nuestras camisetas camufladas bajo abrigos, nos subimos al 24 rumbo a La Paternal con toda la ilusión de dar un paso definitivo hacia el tan ansiado título que se nos negaba desde hacía rato. Llegamos varias horas antes del encuentro, expectantes ante un encuentro decisivo. Sorteamos los controles y subimos las escalinatas. Nos ubicamos, como siempre lo hacíamos en la mayoría de los estadios, bien arriba hacia un costado de la tribuna. Era una verdadera fiesta hasta que... La historia es conocida. En tiempo de descuento Argentinos Juniors logró el 4-3 que lo catapultó a la consagración.

Mucho se habló de ese partido, lo cierto es que Independiente perdió y se quedó con las manos vacías. Hoy se cumplen 10 años de ese trago amargo que representa un triste récord: en lo que va del nuevo milenio, aquel Clausura 2010 fue la última competencia nacional en que el Rojo estuvo prendido hasta el final. Salvo el subcampeonato en 2000 y el título del 2002, a lo largo de estas dos décadas Independiente nunca llegó a la última jornada con posibilidades de coronarse. Es más, tampoco se ubicó entre las primeras tres posiciones de un torneo. Demasiado poco para nuestra rica historia.
Volver a hacerse fuerte en el ámbito doméstico, como remarcó el "Luli" Ríos en los micrófonos de Amplitud Independiente, es un requisito para poder proyectar el club nuevamente a los primeros planos. Los éxitos internacionales obtenidos en este tiempo son apenas oasis en un desierto escaso de nuevas conquistas. ¿Cómo es posible que en casi 20 años Independiente no haya peleado ningún título local? Jamás en la historia había ocurrido algo semejante.

La mayor sequía doméstica hasta este presente se había producido en la década del '50. Tras coronarse en el campeonato de Primera División de 1948 el Rojo no pudo repetir hasta 1960. Pero en ese lapso se conformó un gran equipo que, en más de una oportunidad, se quedó con el tercer puesto. Además deleitó a propios y extraños, incluida una gira por Europa donde venció al Real Madrid de D'Stefano por 6 a 0. La principal característica de aquel elenco era su poder de fuego: Micheli, Cecconato, Lacasia -luego reemplazado por Bonelli-, Grillo y Cruz eran los atacantes que, en conjunto, también integraron la delantera de la selección argentina.
El gráfico de las campañas realizadas hasta ahora en el siglo XXI

La grandeza de Independiente lo obliga a ser animador en toda competencia. Con esto no pretendo caer en el exitismo, exacerbado por los medios, de que toda derrota es un fracaso. Por supuesto que no siempre se puede ganar. Sobran los ejemplos de planteles que se arman para triunfar pero que sufren por la falta de resultados. Lo que cuestiono es la falta de protagonismo de Independiente, un reflejo de la crisis institucional de larga data.

Lo sucedido aquella tarde frente al "bicho" es un recuerdo difícil de borrar para la generación de hinchas que ahora rondamos los 30 años. Nosotros no hemos disfrutado de las grandes gestas ni nos hemos acostumbrado a disputar campeonatos. Por el contrario, padecimos la temporada más dolorosa y saboreamos sólo un puñadito de alegrías coperas. Sin embargo no renunciamos –ni lo haremos- a ser el club modelo y competitivo de otras épocas.
Las mejores campañas de este siglo, muy pobre para un equipo tan grande

Los/as socios/as de Independiente anhelamos competir por títulos nacionales, ir por la octava Libertadores y recuperar la gloria perdida. Para ello debemos escuchar a quienes formaron parte de aquellos logros lejanos y apostar a armar un equipo sólido que represente nuestra identidad, que se consolide y pueda plantársele de igual a igual a cualquier grande del continente. Es hora, en definitiva, de exigir transformar esta realidad en la que hace rato no peleamos por nada. La historia nos demanda luchar para dar aquella vuelta que no fue.

Cristian Vilardo