Jorge Almiron, Mauricio Pellegrino,
Gabriel Milito, Ariel Holan y Sebastian Beccacece fueron los elegidos durante
la presidencia de Hugo Moyano que comenzó en el 2014. Solo se consiguieron la
Copa Sudamericana 2017 y la Suruga Bank 2018, una gestión muy pobre en cuanto a
títulos obtenidos.
“Ya pasaron las elecciones ahora solo
tenemos que ser hermanos dispuestos a luchar. La situación no es fácil, pero no
es imposible que Independiente se levante y vuelva a ser uno de los equipos mas
grandes del mundo. Fuimos el orgullo nacional, el orgullo del fútbol argentino.
Tenemos que volver a serlo”. Hugo Moyano se impuso con casi el 70 por ciento de
los votos en las elecciones del 6 de julio de 2014. Es, desde esa tarde, el
presidente de Independiente, por una abrumadora mayoría que volvió a ser
respalda en diciembre de 2017 con el 89 por ciento de los votos.
La nueva conducción tenia una idea.
Recuperar la esencia, la mística del Rey de Copas. Por eso, la elección del
nuevo entrenador tras el alejamiento de Omar de Felippe, estaría vinculada a un
director técnico ligado al juego bonito y al paladar negro siempre reclamado
por sus hinchas.
El orgullo. Sin embargo, el ciclo del
veterano dirigente sindical, que el 9 de enero próximo cumplirá 76 años, es una
continuidad futbolera matizada de tropiezos. Pablo Moyano, su hijo y vicepresidente, es uno de los principales
alumnos de esta suerte de escuela en la que se reúnen tres conceptos:
sentimiento, identidad y vueltas olímpicas... y en casi todas ellas, la deuda
es enorme. Casi seis años, cinco técnicos, dos títulos y poca puntería, no solo
frente al arco rival.
Sebastián
Beccacece fue el último: duró un suspiro.
Provocó una pequeña revolución en Defensa y Justicia y fue parte del fiasco -en
el campo de juego y, sobre todo, en las entrañas- del seleccionado en el
Mundial de Rusia. Asumió el 7 de junio y apenas dirigió 16 partidos, con un
resultado de ocho victorias, un empate y siete derrotas. "No me reprocho
nada. Este grupo de trabajo dejó todo, para mí es lo importante. No logramos lo
que la gente quería, y eso seguramente deja una sensación de vacío", fue
una de sus reflexiones. "Es la situación que nos toca y hay que
enfrentarla con grandeza y dolor. En el fútbol y en la vida, perdí más de lo
que gané. Se aprende mucho más en la derrota", asumió, en un breve tiempo
en el que pasó de todo: rápida intolerancia del público, rencillas con Pablo Pérez
y Nicolás Domingo, largas caminatas al borde del campo de juego, malas
decisiones estratégicas y un puñado de controvertidos fallos arbitrales que
oficiaron de escudo.
La primera idea de los Moyano fue
ambiciosa: Jorge Almirón, en julio de 2014, antes del suceso de Lanús y, claro,
mucho antes del chasco en San Lorenzo. Respaldado en el sentimiento y en la
filosofía -el salir jugando por abajo, por ejemplo, fue todo un desafío en un
medio que lo rechazaba-, acabó con una polémica con Daniel Montenegro y sin
resultados. "Renuncié por los jugadores, ya que ellos están muy
presionados y no están tranquilos por mi culpa. La gente ya no me quiere por
más que gane el equipo. Y sabía que, si no me iba, los iban a putear a todos.
La gente va a decir por fin se fue este negro de mierda", llegó a
declarar. Los números: 14 triunfos, 11 empates y 10 derrotas.
Mauricio Pellegrino fue un caso
curioso, en junio de 2015: el único que no representó el estilo histórico del
gigante de Avellaneda y que -según se sabe- es uno de los candidatos de hoy, al
igual que Daniel Garnero, aquel clásico número 10. El primero, se fue
recientemente de Leganés, el segundo, es el DT de Olimpia. El exdefensor tuvo
un paso digno, serio, pero nunca entró en el calor de los hinchas, que le dieron
la espalda al ciclo por el estilo, basado en la disciplina táctica. "Yo ya
expresé mis deseos de seguir en Independiente porque estoy convencido de que
vamos por el buen camino y que hay madera como para hacer un equipo
ganador", aseguró, un puñado de horas antes de que no se le renovara el
contrato. Los números: 19 triunfos, 9 empates y 6 derrotas.
En realidad, estaba todo sellado con
Gabriel Milito, un hijo pródigo del club, que había tenido una experiencia con
vaivenes durante 2015 en Estudiantes, club en donde está hoy, en su segundo
ciclo. Sin embargo, el paso por Gaby como entrenador de Independiente fue el
más decepcionante de un DT desde que asumió Moyano. Por el sentimiento, por la
ideología, por la cercanía con Pep Guardiola... duró apenas 7 meses.
Asumió a fines de mayo de 2016 y no
llegó a fin de año. El 3-0 de Racing, ocurrido el 27 de noviembre, con un
doblete de Licha López y Bou, fue el principio del final. "No fui capaz de
conseguir lo que pretendía. Quiero agradecer el cariño y pedir disculpas a
aquellos que tenían ilusión con mi llegada; di lo mejor de mí", suscribió.
Los números: 8 triunfos, 6 empates y 5 derrotas.
Ariel Holan fue una excepción... a
medias. Por el tiempo (dos años y cinco meses), porque consiguió dos títulos
(Copa Sudamericana 2017, Copa Suruga Bank 2018) y porque el juego, durante la
primera etapa, fue audaz, atractivo. Con el tiempo, cayó en la trampa de las
peleas -con los líderes, con sus ayudantes- y el ciclo se mantuvo en la
intrascendencia. Los números: 49 triunfos, 32 empates y 23 derrotas.
"Cometí varios errores, como pensar en la economía del club", contó,
días atrás. Lejos de una sincera autocrítica.
Jorge
Almirón (10 meses)
Respaldado en el sentimiento, impuso
su sello solo de a ratos.
Mauricio
Pellegrino (11 meses)
Tacticista, tuvo un digno paso, pero
apartado del paladar rojo.
Sebastián
Beccacece (4 meses)
Fue una decepción, luego del suceso
en Defensa y Justicia.
Gabriel
Milito (7 meses)
Suerte de hijo pródigo, resultó
errático y confuso su proceso.
Ariel
Holan (2 años y 5 meses)
Arrancó con todo, logró 2 títulos y
se desgastó entre polémicas.
Ahora será el turno de Fernando Beron
como entrenador interino, mientras se conforma la Secretaria Técnica con Daniel
Montenegro y Diego Forlan a la cabeza, la dirigencia del Rojo no quiere volver
a equivocarse.
Vuelven a sonar como futuros
entrenadores, tres viejos conocidos: Jorge Almiron, Mauricio Pellegrino y Ariel
Holan. Mas atrás en la consideración aparecen Lucas Pusineri, Matias Almeyda y
Ricardo Gareca.
La danza de nombres ya comenzó a
sonar para el Rey de Copas.
Esperan no volver a equivocarse…
Por: Leonardo Papaleo