Luego de la odisea en Brasil previa al partido y con una lluvia torrencial, Independiente empató 2-2 frente a Bahía, por la tercera fecha del grupo B de la Conmebol Sudamericana y sigue liderando su zona. Los goles para los de Avellaneda fueron de Jonathan Herrera y Alan Velasco, ambos desde los doce pasos. Sebastián Sosa, figura del encuentro, atajó un penal a cinco minutos del final.
Desde que aterrizó en tierras brasileñas todo
fue difícil para el Rojo. Pese a que Conmebol los autorizó a viajar, doce
miembros de la delegación no podían ingresar al país, ya que por haber
transitado el Covid hace un tiempo atrás, los resultados PCR seguían dando
detectable. Después de más de cinco horas de incertidumbre, finalmente los que
pudieron pasar por migraciones fueron al hotel a descansar y a los que no se
les permitió el ingreso, tuvieron que pasar la noche en el piso del aeropuerto.
Al día siguiente, los que habían sido
rechazados pudieron volver cerca de las 15:30 y teniendo que lidiar con el
maltrato policial durante todo el día. En ese grupo de deportados, se
encontraban algunos jugadores que iban a ser titulares como Lucas González,
Juan Manuel Insaurralde, entre otros. Además, Monzón, quien estaba a cargo de
la dirección técnica, también se encontraba en esa lista. El entrenador de
arqueros, César Velázquez, tuvo que hacerse cargo del equipo.
Ahora bien, yendo específicamente a lo
futbolístico, el partido se presentó en el comienzo bastante chato y sin
ocasiones claras para ninguno. Recién a la media hora, el local tuvo dos
ocasiones donde el arquero desactivo de manera notable el peligro. Cuando la
primera mitad se moría, a tres minutos del final, los de Velázquez se
encontraron con una oportunidad inmejorable para abrir el marcador. Velasco en
conducción del balón entró al área por el costado izquierdo, Otavio le cometió
infracción y Herrera cambió penal por gol.
Ya en el complemento, el partido cambió radicalmente.
La lluvia lejos de parar incrementó y en el campo de juego la pelota ya no
rodaba con facilidad. A los seis minutos Brian Martínez, recién ingresado,
recibió otra falta dentro del área, pero en esa oportunidad, el que convirtió
fue Velasco.
A partir de ahí, con el resultado de dos goles
a favor, con el cansancio por todas las complicaciones previas, y con todas las
pelotas aéreas que caían por el estado del campo, la visita se replegó
notoriamente. Tal es así, que cinco minutos después, Bahía encontró el
descuento luego de un zapatazo de afuera del área que el arquero llegó a
desviar, pero tras pegar en el palo le quedó servida para empujarla a Thaciano.
Los minutos pasaban, el Rojo no podía hacerse de la pelota y los centros cada
vez llegaban con más frecuencia. De esta forma, a los 82 minutos, tras un
corner, el central Otavio se revindico y la mando a guardar con un cabezazo
inatajable.
Aún quedaban ocho minutos más lo que agregara
el árbitro Tobar y los de Avellaneda seguían sufriendo el partido. Con la
motivación encima y viendo a los rivales exhaustos, los locales siguieron
atacando para llevarse los tres puntos y a falta de cinco minutos consiguieron
un penal. El uruguayo Sosa fue el gran héroe de la noche al arrojarse sobre su
palo izquierdo y contener una pelota que venía sin mucha fuerza y a penas por
encima del suelo. Después de malograr esa situación los brasileros se cayeron
anímicamente, el Rojo aguantó y se llevó un empate valiosísimo en condición de
visitante.
Con la mitad de los partidos del grupo ya
disputados, Independiente sigue siendo líder y la próxima semana visitará a
City Torque en Uruguay. En el ámbito local, los de Falcioni visitaran a Huracán
el domingo, por la última fecha de la Copa de la Liga. Ya no depende de sí
mismo, pero si gana, con un par de resultados favorables, podrá clasificarse a
la próxima ronda.