domingo, 24 de abril de 2022

Independiente es un infierno

Luego de perder de visitante por 3 goles frente a Rosario Central, Independiente se despide de la chance que le quedaba para clasificar a cuartos de final de la Copa de la Liga


Cuesta creer que a Independiente lo venció un equipo que hace 6 fechas no gana un partido, pero así es la actualidad de este club que ya no tiene rumbo y tampoco tiene el pase a cuartos de final. En el primer tiempo le facilitó al local la llegada al arco y, tras ella, el primer gol a cargo  de  Marco Ruben   al minuto  de  juego. Parecía   que   la   cachetada  inicial  era   el puntapié   para   que   Independiente  saliera   a   buscar   el   empate   pero   rápidamente   se esfumaron  las   ganas y  Gaspar   Servio casi  no  participó del  encuentro, ya que no le llegaron al arco ni para despeinarlo. 

Si bien algunas asociaciones entre Alan Soñora, Tomás Pozzo y Damián Batallini generaron algunas chances de juego, no hubo nadie arriba que finalizara las jugadas y las convirtiera en posibles chances de gol. Ya entrado el segundo tiempo, Rosario Central comenzó a demostrar que podía ser más que este Independiente apático y así, en el minuto 26, Julián Velázquez le hizo honor a la ley del ex y con un taco impecable, estampó el 2-0 que sería el comienzo del fin de la debacle. 

El Rojo salió al medio a hacer rodar la pelota e, insólitamente, la perdió. A los 28 minutos, Marcelo   Benítez aprovechó la desatención y le envió un centro a Walter Montoya que definiría de primera al segundo palo de Sebastián Sosa. La desesperación comenzó a hacerse sentir y el entrenador decidió mover algunas piezas ya sin sentido: ingresaron   Domingo Blanco, Juanito Cazares, Leandro   Fernández y Julián Romero. El equipo estaba cada vez más perdido dentro del campo de juego y en ese embrollo entró Juan Manuel Insaurralde, quien a los 88 minutos del complemento se hizo echar de manera absurda. De   esta   manera, el   Rojo se despide definitivamente de la clasificación y dejó   en evidencia que se encuentra quebrado futbolísticamente.

Por María Victoria Pezzi