jueves, 25 de enero de 2018

Homenaje a Bochini: “Este jugaba bien en serio”


“¿Porque no nací en la década del 70?” se preguntaron dos jóvenes, de unos dieciocho años cada uno mientras caminaban –como ganado por cierto- una noche lluviosa de miércoles en pleno invierno, incómodos por la gran cantidad de abrigo que traían puesto, por las eternas calles antes de llegar a casa, su segunda casa. 

El que alguna vez ha tenido la oportunidad de viajar por unos días, cuando regresa a su hogar percibe una mezcla de sensaciones particulares en las cuadras previas. Cada dos semanas miles de personas sienten algo similar, vuelven a su casa luego de una quincena de días sabiendo que dentro de unas tres horas deberán abandonarla otra vez. Pero esta semana en la que estos chicos se realizaron semejante pregunta, con tinte de reproche, era diferente, hace siete días estuvieron aquí y luego de hoy, habrá que esperar meses para regresar.

Ya en el estadio mientras esperaban sentados en los húmedos escalones de la popular -habitación favorita de su casa-, en la pantalla gigante comienza a reproducirse un video antiguo, por momentos a color y en otros a blanco y negro. Una serie de jugadas a gran velocidad y goles de un hombre petiso, medio pelado, que para ser sincero, escasa pinta de futbolista tenía. Vestía un corto short negro y botines del mismo color. Llevaba un diez blanco sobre su espalda que cortaba el rojo intenso, indicio de que debía jugar bien.

El balón pegado a su botín en todo momento, pases majestuosos dejando a adversarios desparramados por el terreno de juego, la cabeza siempre en alto y con la brújula apuntando al norte.

Toda persona tiene un escenario preferido en el que decide vivir, la popular para esos dos chicos, el colón para un bailarín y la Doble visera para él. Pero claro está que necesita de un ayudante, en este caso, diez -aunque alguna noche siete fueron suficientes-.

 En el instante en que todo el estadio se levantó de sus lugares para ovacionarlo de pie, se repitió la pregunta inicial pero con mayor énfasis en el tinte del reproche, con el agregado de rostros que demostraban admiración absoluta, y por si hacía falta, un hombre que se encontraba a su derecha, unos escalones más arriba, de unos cuarenta años, aclara “Este jugaba bien enserio”. 

Luego del encuentro, que por cierto finalizó con victoria para el local, el mayor de los chicos se retiró curioso con saber quién era este jugador que tan asombrado lo había dejado. Al llegar a su casa, encendió su computadora y buscó: “Jugadas de Ricardo Enrique Bochini”, terminó el video, sonrió y apagó.

Por Juan Novak (@Juannovaak)